Los alimentos principales de la dieta mediterránea incluyen vegetales, como verduras, fruta fresca, hortalizas, cereales, legumbres y frutos secos. También es baja en productos lácteos, tiene poca carne roja y utiliza aceite de oliva como fuente principal de grasas.
Consumir la dieta mediterránea puede hacer más lento el declive cognitivo, según muestra un nuevo estudio. Siguiéndola, las personas examinadas en el estudio tenían tasas más lentas de dicho declive, una incidencia menor del Mal de Alzheimer, y una mejor función cognitiva, en comparación con personas en sus mismas circunstancias pero que no seguían esa dieta.
El equipo de Roy Hardman, del Centro de Psicofarmacología Humana en la Universidad Swinburne de Tecnología en Melbourne, Australia, revisó todos los artículos técnicos disponibles publicados entre los años 2000 y 2015 cuyos autores investigaron si la dieta mediterránea podría influir en los procesos cognitivos con el paso del tiempo, y en tal caso, cómo lo hacía.
El resultado más sorprendente de la revisión de resultados de estudios fue que los efectos positivos se encontraron en países de todo el mundo. Así que, aunque las personas residan fuera de la región mediterránea, los efectos cognitivos positivos de una mayor adherencia a la dieta mediterránea son similares en todas las investigaciones revisadas, tal como destaca Hardman.
La dieta mediterránea mejoró la capacidad de prestar atención, la memoria y la habilidad con el lenguaje.
¿Por qué la adherencia a la dieta mediterránea está relacionada con una disminución del ritmo de declive cognitivo? En palabras de Hardman, ello se debe a que ofrece la oportunidad de cambiar algunos de los factores de riesgo modificables.
Estos incluyen reducir las respuestas inflamatorias, incrementar los micronutrientes, mejorar los desequilibrios de vitaminas y minerales, cambiar los perfiles de lípidos al usar aceites de oliva como fuente principal de grasas alimentarias, mantener un peso adecuado o reducir potencialmente la obesidad, mejorar los polifenoles en la sangre, mejorar el metabolismo de la energía celular y quizá cambiar de manera beneficiosa la microbiota intestinal.
Además, los beneficios cognitivos aportados por la dieta mediterránea no fueron exclusivos para las personas de mayor edad. Dos de los estudios incluidos se centraron en adultos jóvenes y ambos encontraron mejoras en la cognición usando evaluaciones informáticas.
Fuente: Noticias de la Ciencia y la tecnología